¿Talibanes también en España?
¿Recuerdan lo que pasó en Afganistán en marzo del 2001?. Pues que el régimen talibán desoyó las protestas de todo el mundo y utilizó dinamita y artillería para destruir las centenarias estatuas. Eran dos monumentales estatuas de Buda talladas a los lados de un acantilado en el valle de Bāmiyān, en Afganistán central, que habían sido reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Fueron completamente destruidas, con su consecuente daño al patrimonio cultural de la humanidad.
Ahora, nuevamente y en España, preguntamos: ¿por qué molestan los crucifijos en las escuelas?
¿No estamos ante un tema ya solucionado?. ¿Por qué algunos políticos están “anclados” en épocas pasadas? ¿Por qué ese ansia de laicismo trasnochado, mas propio del XIX que del siglo XXI?
Estas preguntas surgen porque es un error esa fobia a lo religioso. Occidente no se entiende sin la herencia cristiana ya que forma parte de la misma historia. Esa fobia a la religión, lleva al desconocimiento de nuestra historia y cultura. No puede ser tan difícil comprender que el paso del ser humano por la historia con su dimensión trascendente es lo que ha hecho posible la obra de los grandes músicos: Stravinsky, Bach, Beethoven, etc.
El arte ha sido y será siempre un medio para acercarnos a lo Trascendente.
Así se expresaba el compositor Franz Liszt, que encontraba en el arte una expresión de belleza que crea un puente que acerca al hombre a Dios. Como él mismo escribe en su prefacio a su obra «Los siete Sacramentos» : «Yo pretendí dar expresión al sentimiento por el cual el cristiano toma parte en la misericordia que lo eleva más allá de la vida terrena y lo hace aspirar a la atmósfera divina del cielo…”.
La pintura de Rafael, El Greco, Velazquez, o citando a contemporáneos: Isabel Guerra. Esta pintura afronta el tema religioso desde lo cotidiano y lo femenino. Belleza, oración y pintura son los verbos con los que se conjuga la vida y obra de Isabel Guerra. Cuando reza alaba la Belleza, cuando pinta intenta representar la Belleza, y toda su vida es y está dedicada precisamente a encontrarse con «Ella».
La arquitectura. Para entender algo de El Pórtico de la Gloria de la Catedral Compostelana, hay que estudiar la Biblia.
Conocer por qué se habla de Gaudí como “el arquitecto de Dios”. En el libro «Santos de andar por casa», Miguel Ángel Velasco cuenta que «Hay una foto en la que se ve al gran arquitecto Antonio Gaudí de traje oscuro, la espalda ya algo curvada por el peso de los años, la barba blanca, y, en la mano, un gran cirio encendido; desfila en la procesión del Corpus Christi, en Barcelona, y está como ensimismado, como mirando hacia dentro de sí mismo. Es una foto que explica, por sí sola, lo que fue la vida de este arquitecto genial».
La literatura. No es posible conocer la literatura, desde la literatura cristiania primitiva hasta la del siglo XX, muchos personajes, temas y argumentos bíblicos encuentran una extraordinaria recepción dentro de la literatura europea. Enrique Banús, director del Centro de estudios Europeos de la Universidad de Navarra, menciona “la fuerza de la Biblia en la Literatura. No podemos estudiar literatura sin conocer el cristianismo”.
En resumen todas las expresiones de la vida que hacen del ser humano algo mucho más que un “ser vivo”, que un conjunto de células. Como afirma Fabiola Martinez Vega “el siglo en el que estamos, será el de la religión entendida como conjunto de valores que hemos ido olvidando porque estorbaban a la religión oficial de los políticos«.
Pues que salgan del letargo esos políticos. Expulsar la religión de la enseñanza es un grave error. Supone olvidar y hacer que se olvide en las futuras generaciones la parte noble, trascendente que han dejado sabios, músicos, pintores, escritores. Futuras generaciones que no comprenderían tantas obras, tantos lugares, tantas creaciones cuya fuente y raíz está en la Religión. Si expulsamos la religión del saber humano que empieza con el aprendizaje en la escuela, estamos desterrando la parte trascendente del ser humano.
Podemos aún corregir y enmendar esas tendencias! ¿O se pretende lo contrario, como los talibanes en Afganistán?
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